Según la UICN (Unión Inter­na­cio­nal para la Con­ser­va­ción de la Natu­ra­le­za), casi la mitad (el 48%) de las 634 taxo­nes (espe­cies y sub­es­pe­cies) de pri­ma­tes que hay en el mun­do están ame­na­za­das de extin­ción. Las prin­ci­pa­les cau­sas son la des­truc­ción de las sel­vas tro­pi­ca­les, la caza fur­ti­va y el trá­fi­co ile­gal de crías.

SOS Pri­ma­tes es una enti­dad sin áni­mo de lucro crea­da en 2012 con el obje­ti­vo de dar a cono­cer las ame­na­zas que afron­tan los pri­ma­tes y con­tri­buir en su pro­tec­ción. En estos momen­tos cen­tra­mos todos nues­tros esfuer­zos en con­se­guir fon­dos para el Cen­tro de Reha­bi­li­ta­ción de Pri­ma­tes de Lwi­ro, situa­do en el este de la Repú­bli­ca Demo­crá­ti­ca del Con­go. El CRPL, codi­ri­gi­do por la bió­lo­ga vas­ca Itsa­so Vélez del Bur­go y la psi­có­lo­ga madri­le­ña Lore­na Agui­rre, aco­ge a más de 90 chim­pan­cés y 100 monos pro­ve­nien­tes de la caza fur­ti­va y el trá­fi­co ile­gal. Situa­do en una zona afec­ta­da por el con­flic­to béli­co, el cen­tro repre­sen­ta la úni­ca espe­ran­za para la pro­tec­ción y la super­vi­ven­cia de estos animales.

Actual­men­te el CRPL nece­si­ta nues­tra ayu­da para cos­tear la ali­men­ta­ción de todos los ani­ma­les (fru­tas y ver­du­ras fres­cas com­pra­das a agri­cul­to­res de la zona) y para ofre­cer un suel­do jus­to a sus 55 tra­ba­ja­do­res loca­les. De esta for­ma, apor­ta­mos un gra­ni­to de are­na a esta zona rural de Kivu Sur.