Esta­mos tris­tes quie­nes ama­mos a los ani­ma­les, no solo a los pri­ma­tes. El pasa­do 1 de octu­bre nos dejó la Dra Jane Goo­dall, un refe­ren­te para todos.

Una per­so­na que se plan­tó en Tan­za­nia, sien­do muy joven, para estu­diar a los chim­pan­cés de Gom­be, y que ha apor­ta­do mucho a la cien­cia y a la con­ser­va­ción de los chim­pan­cés, y en gene­ral de los gran­des simios. Pero no solo se que­dó en esto, como hacen muchos otros cien­tí­fi­cos y pro­fe­sio­na­les. Ella no paró de subir pel­da­ños: cam­biar las con­di­cio­nes de los pri­ma­tes y otros ani­ma­les de labo­ra­to­rio, acer­car pos­tu­ras y cono­cer el tra­ba­jo de los zoos en con­ser­va­ción, crear gru­pos de ayu­da al medio ambien­te por todo el mun­do, y via­jar más de 300 días al año (inclu­so con 91 años) para dar a cono­cer su men­sa­je de pro­tec­ción al medio ambien­te, de res­pe­to hacia los ani­ma­les de pro­duc­ción huma­na, y tan­tas otras cau­sas que serían muy lar­gas de detallar.

Com­par­ti­mos una foto de la Jane pio­ne­ra y valien­te de su épo­ca y otra de la actual como dama incom­bus­ti­ble que repar­tía espe­ran­za e ilu­sión, y por últi­ma, otra con par­te del equi­po de SOS Pri­ma­tes .Un fuer­te abra­zo para el Ins­ti­tu­to Jane Goo­dall Espa­ña don­de tene­mos gran­des ami­gos que goza­do tan­to de sus char­las y com­pa­ñía. Hoy todos los chim­pan­cés están huér­fa­nos, y para noso­tros, el mun­do ha per­di­do una gran defen­so­ra. Des­can­se en paz